Lunes 21 de septiembre de 2015

“Tarde o temprano, Bolivia tendrá que convencerse de que no podrá obligarnos a cederle territorio”

domingo, 20 de septiembre de 2015

 

Matías Bakit R.
Reportajes
El Mercurio

 

“El fallo no afectará en nada nuestra integridad territorial”, enfatiza el ministro de Relaciones Exteriores, al tiempo que llama a distinguir este jueves entre lo que puedan ser las reacciones bolivianas y la realidad.

 

 

Será un día agotador. Este jueves, el ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, vivirá el fin de una etapa, cuando, acompañando a la Presidenta en La Moneda, sigan juntos la transmisión de las palabras del presidente de la Corte Internacional de Justicia, Ronny Abraham. El alto magistrado leerá la sentencia en que el tribunal de La Haya se pronunciará respecto de las “excepciones preliminares”, la objeción presentada por Chile a la competencia de la Corte para conocer la demanda marítima boliviana. Se sabrá entonces si el caso sigue adelante o si se impone el planteamiento de nuestro país y el juicio se termina.

La idea es que luego de realizar un primer análisis, tanto Muñoz como la Mandataria se refieran al tema ante la prensa, para después partir raudos al aeropuerto y, de ahí, a Nueva York, para participar en las conferencias y reuniones previas a la Asamblea General de la ONU.

Será en esa ciudad donde se llevará a cabo el análisis más acabado del fallo. Una sentencia frente a la cual el canciller afirma que, sea cual fuere el resultado, no pondrá en juego la soberanía nacional.

“Se trata de una decisión procedimental sobre si la Corte Internacional de Justicia tiene o no competencia para conocer del reclamo boliviano. La Corte no se va a pronunciar sobre los méritos del reclamo de Bolivia. Es decir, el fallo del tribunal no afecta en nada nuestra integridad territorial. Por lo tanto, en caso de que la Corte decida rechazar la objeción o postergar la decisión hasta la sentencia definitiva, lo que ocurriría es que recién iniciaríamos la discusión de fondo”.

“Si la Corte, por el contrario, acoge la objeción chilena, termina el juicio porque se declararía que la demanda está fuera de las materias que puede tratar dicho tribunal. Esta es una carrera que vamos a ganar, sea en los primeros 100 metros, si se acoge la objeción, o en los 1.500 metros, si es que tenemos que discutir el fondo”.

 

-¿Por qué Chile considera que la Corte es incompetente en este caso?

-Porque la demanda boliviana claramente busca modificar lo pactado en el Tratado de 1904, cuestión que está excluida de la jurisdicción de la Corte por el Pacto de Bogotá. Chile aceptó darle jurisdicción a la Corte, pero con las excepciones previstas en el artículo VI del Pacto de Bogotá, una de las cuales es que la Corte no puede conocer de aquellas materias que a la fecha de suscripción del Pacto, en 1948, se encontraban resueltas o gobernadas por tratados vigentes a dicha época. Y todo lo que pide Bolivia son materias que ya estaban resueltas en el Tratado de 1904.

 

-¿Cuál es el argumento clave?

-Que la demanda boliviana, al buscar que Chile sea obligado a darle una salida soberana por nuestro territorio, lo que realmente persigue es modificar los límites pactados en el Tratado de 1904. Es decir, simple y llanamente Bolivia pretende que Chile le transfiera territorio soberano, lo cual rechazamos. Y hemos reiterado algo que muchos chilenos desconocen: Bolivia tiene acceso al mar, sin soberanía; goza del más amplio y libre tránsito por territorio y puertos de nuestro país, previsto en ese mismo tratado, con aduanas propias y beneficios que no posee la inmensa mayoría de los países sin litoral.

 

-¿Qué puede esperar el país? Se habla de tres posibles escenarios…

-Como acabo de decir, una alternativa es que la Corte acoja la objeción chilena, caso en el cual termina el juicio.

“Otra es que la Corte rechace la objeción, determinando que sí es competente para conocer el reclamo boliviano. En esta hipótesis, se pone fin a la discusión sobre la jurisdicción y se inicia la discusión sobre el fondo de la aspiración boliviana. Aquí quedaríamos en la misma posición de si hubiésemos decidido contestar la demanda boliviana directamente mediante una contramemoria, sin interponer la objeción preliminar”.

“La tercera alternativa es que la Corte decida postergar la decisión sobre su falta de competencia hasta la sentencia definitiva. Aquí también se sigue adelante con la discusión de fondo, pero la objeción deducida por Chile sigue plenamente vigente. De hecho, el primer punto que tendría que resolver la Corte en su sentencia definitiva es la cuestión de la competencia planteada por Chile. Caben otras alternativas, como, por ejemplo, que se acoja la objeción de Chile parcialmente, pero no corresponde especular”.

 

“Morales seguirá reclamando”

-Si la Corte se declarara incompetente… ¿Cree que se acaben los conflictos con Bolivia? El Presidente Morales ha entregado opiniones que apuntan a lo contrario.

-Las declaraciones del Presidente Morales han sido claras en señalar que si pierde, seguirá igualmente reclamando contra Chile. Habría que ser ingenuo para pensar otra cosa. Por eso hemos preguntado si Bolivia respetará el fallo de La Haya o no. De cualquier manera, la opinión pública puede tener la seguridad de que Chile se defenderá con vigor donde corresponda, como lo ha hecho desde siempre frente a la insistencia de Bolivia de tratar de convertir su aspiración marítima en un derecho.

 

-Y si considerara que tiene total competencia, ¿no sería un fracaso?

-No. Otra cosa es que quisiéramos que el juicio termine en esta etapa preliminar. De declararse la Corte competente, se reanuda el caso que comenzó en 2013 y recién empezaríamos la discusión sobre el fondo, donde Chile tiene todo para ganar. Y estamos seguros de que, de llegar a esa fase, dejaremos en evidencia las múltiples ambigüedades e inconsistencias de la posición boliviana. De hecho, la discusión sobre las objeciones preliminares, en mayo pasado, más allá de lo que sea su resultado, es claro que dañó la solvencia y credibilidad de la causa de Bolivia. Las preguntas de los dos jueces y las respuestas, o carencia de respuestas de Bolivia fueron muy útiles en este sentido.

“Adicionalmente, cuando presentamos la objeción preliminar, lo hicimos sabiendo que no había un resultado garantizado, que cabía la alternativa de que la Corte resolviese en contra. Pero nos pareció que lo responsable era usar todos los derechos y recursos que teníamos disponibles, y jamás voy a considerar que haberlo hecho, independiente de su resultado, fue una decisión equivocada. De hecho, hubo un amplio consenso nacional que respaldó la decisión presidencial al respecto”.

 

-¿Tendría sentido continuar con un juicio ante un tribunal que estimamos no tiene competencia?

-Sería impensable -una irresponsabilidad histórica- hacer abandono de la defensa de Chile y dejar que la Corte resuelva sobre el fondo de la demanda boliviana sin hacer oír nuestra posición.

 

-¿Cree que lo anterior sería entendido por los chilenos, quienes de modo muy masivo creen, según las encuestas, que la Corte no tiene nada que hacer en este caso?

-Yo tengo mucha confianza en las chilenas y chilenos. Estoy seguro que la inmensa mayoría apoyaría esa decisión de no abandonar el caso y que considerarían irresponsable y ajeno a la inteligencia y a nuestra tradición dejar de defendernos. Por lo demás, esta óptica de estar presentes en la Corte para defendernos tiene sólido respaldo en connotados juristas que lo han analizado extensamente.

 

“Bolivia no podría celebrar nada”

-En lo político, ¿de qué modo se les hará frente a las reacciones bolivianas? Es probable que, si la excepción no es aceptada, el gobierno de Morales intente presentarlo como un triunfo suyo.

-Es muy importante distinguir entre las reacciones bolivianas y la realidad. Lo que el gobierno boliviano le ha prometido a su gente es que conseguirán acceso soberano al mar. Eso es el fondo de la petición boliviana, sobre la cual la Corte no va a emitir ninguna opinión en esta oportunidad. Por lo tanto, Bolivia no podría celebrar nada porque no tendrá un centímetro de territorio nacional de acceso soberano al mar. A lo más, el resultado implicaría que el juicio dure unos años más.Y estamos seguros de que tampoco en una sentencia definitiva Bolivia podría obtener lo que pretende. Tarde o temprano, Bolivia tendrá que convencerse de que no podrá obligarnos a cederle territorio.

 

-¿Cree que la campaña comunicacional boliviana, o declaraciones como la del Papa Francisco, puedan tener alguna influencia en la Corte?

-Hay que separar el tema de la campaña comunicacional de las palabras del Papa Francisco. En lo que respecta a las campañas comunicacionales, me parece que la ofensiva boliviana ha sido diseñada fundamentalmente para el consumo interno. La Corte de La Haya está acostumbrada al ruido comunicacional que a veces acompaña a los casos. Sería una falta de respeto pensar que frases estridentes o sacadas de contexto tengan algún impacto sustantivo en juristas experimentados. En cuanto a las palabras del Papa, fueron expresiones propias de un pastor, ajenas al caso en La Haya.

 

 

Fuente: El Mercurio